Bajo el nombre de Floreat
Etona (Vamos a Eton a florecer) Lucas Balboa nos presenta una colección ELEGANTE.
Sí, el mismo adjetivo de siempre. ELEGANTE. Y por favor, que nunca cambie
porque es lo que más me gusta de él. Este ‘arquitecto’ en el mundo de la moda
de nuevo ha ido más allá descontextualizando los diseños para fusionar lo
clásico y lo actual.
El año pasado dejó el listón muy alto. Y en esta ocasión lo
ha superado. Por la pasarela desfilaron modelos guapísimos que recrearon esas
calles de Eton repletas de estudiantes enfundados en trajes de tres piezas que
se adaptaban a sus cuerpos de una manera perfecta. Se vieron pantalones
bloombergs, trajes cruzados, abrigos y chaquetones confortables y cálidos;
capas, batas y batines de terciopelo o seda para las noches. Todo ello
combinado con estudiados complementos como sombreros, bufandas, zapatos, botas,
bolsas e incluso joyería. Utilizó para sus telas una paleta de colores
brumosos, grises velados, suaves pizarras, grises ratas, grises camuflaje,
mezclas con marsala y granate, azules profundos muy oscuros, algún tono
lavanda, almendras y tonos castaña.
Lucas Balboa tiene dos grandes pasiones: la moda y Tenerife.
Por eso en su propósito de internacionalizar su tierra, intenta siempre
colaborar con diseñadores y empresarios de la isla, como Abraham Zambrana, que
ya ha colaborado con Balboa en anteriores ocasiones, Trama Textil o la joyería
Jesús de Miguel.
La colección es como su propio diseñador: elegante, clásica, sorprendente
y con ese gusto por la selecta moda británica pero sin estar anclado en el
pasado.